Por Renato Perez
Tras la amarga derrota 1-0 de Perú frente a Venezuela en Maturín, un nuevo escándalo ha envuelto a la selección peruana, esta vez provocado por Paolo Guerrero, quien no dudó en desahogarse y mostrar su enojo respecto a lo que consideró una decisión arbitral perjudicial. En un post partido lleno de frustración, el capitán de la Bicolor lanzó una contundente declaración que ha incendiado las redes sociales y que apunta a factores extra deportivos como el origen de la derrota.
En su intervención posterior al partido, Paolo Guerrero no ocultó su enojo y dirigió fuertes críticas hacia el arbitraje chileno, encabezado por el árbitro Cristian Garay. En un momento de desesperación, Guerrero expresó lo siguiente: “Somos cojudos. No nos pueden poner terna chilena. No me jodan”. Estas palabras, cargadas de ira, se refieren a la decisión de la CONMEBOL de asignar a una terna arbitral chilena para un partido tan crucial para las aspiraciones de la selección peruana, algo que el delantero considera injusto y perjudicial para el rendimiento del equipo.
El enojo de Guerrero se centró en que, según su visión, el arbitraje influyó negativamente en el rendimiento del equipo y, de manera indirecta, en el resultado del partido. Paolo no es ajeno a la crítica al arbitraje, pero sus palabras apuntaron más allá de la actuación de los árbitros, destacando un supuesto manejo de las autoridades de la CONMEBOL que, según él, no favoreció a Perú en momentos decisivos de las eliminatorias.
Lo que se vivió en Maturín no fue solo una derrota futbolística, sino también una creciente sensación de desamparo y desconfianza en las decisiones externas. La selección peruana se siente constantemente perjudicada por decisiones arbitrales que han marcado los destinos de los partidos más importantes en las últimas eliminatorias. Los hinchas se han sumado al malestar generalizado, respaldando a Guerrero y pidiendo una investigación más profunda sobre los criterios utilizados para asignar árbitros en los partidos clave de la Bicolor.
Además de los errores arbitrales en la jugada del gol anulado a Bryan Reyna, la sensación de injusticia se acentuó con decisiones que, según muchos, no reflejaron la magnitud de los partidos clasificatorios. En los últimos encuentros, los árbitros se convirtieron en protagonistas secundarios, más allá de sus funciones técnicas, por decisiones que afectaron el ánimo de los jugadores y, por supuesto, el resultado final.
La reacción de Paolo Guerrero refleja el profundo descontento no solo del jugador, sino de todo el grupo que, en un momento tan crucial para sus aspiraciones de clasificar al Mundial 2026, se ve afectado por factores externos que alteran el curso de los partidos. La Bicolor está viviendo una crisis de resultados que, sumada a las decisiones arbitrales que consideran injustas, ha dejado un sabor amargo en los jugadores y en los hinchas. La derrota en Maturín ha alejado a la Selección Peruana de las posiciones de clasificación, con pocas oportunidades de entrar al repechaje. Además de la ya complicada
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